29/06/15 DIARIO DE SEVILLA Tasio Oliver. Alcalde de Castilleja de Guzmán. "El acuerdo entre IU, PP y Podemos es por el bien común del municipio"


Tasio Oliver. Alcalde de Castilleja de Guzmán

 

"El acuerdo entre IU, PP y Podemos es por el bien común del municipio"

 

Justifica el entendimiento entre fuerzas antagónicas que le ha dado el gobierno por la necesidad más importante de cambiar el modelo de gestión local y hacerlo más participativo.

 

Trinidad Perdiguero | Actualizado 29.06.2015 - 06:48

 

Anastasio -Tasio- tiene 36 años, es periodista y "autóctono" de Castilleja de Guzmán, casi una rareza, porque cuando nació el municipio tenía 200 vecinos y ahora son casi 3.000. "Entre el rey enterrado en el dolmen y yo puede haber lazos genéticos", bromea en la plaza, en la que se topa con su madre y su hijo, con operarios que colocan luces para la feria. Su investidura está siendo objeto de atención mediática: es alcalde por IU, con tres ediles, por el apoyo de los dos del PP y los dos de Vecinos por Guzmán, Podemos. Pertenece a la corriente de Izquierda Abierta y es el único sevillano en la Ejecutiva federal de IU, responsable de Consumo y Movimientos Ciudadanos, un trabajo que dejará -no sabe aún si irá al paro- ahora. Ha trabajado con IU en el Ayuntamiento de Córdoba.


-Fuera, nadie entiende que IU, Podemos y el PP voten lo mismo.


-Cada contexto espacio-temporal tiene su lectura y no seríamos honestos si no la atendiéramos. Por eso Suárez y González acordaron legalizar el PC y éste dijo sí a la Monarquía: la prioridad era la paz y la democracia. En Castilleja de Guzmán, en 2015, es necesario cambiar el modelo de gobierno o íbamos a la desaparición por la gestión negligente de años anteriores. Tenemos una deuda viva de más 1,2 millones, con más cosas que se nos vienen encima, como la demolición de la escuela de hostelería. El 70% votó por el cambio. Apostamos por el encuentro y el entendimiento por el bien común; como dije, los guzmareños deben estar por encima de nuestros partidos y Guzmán por encima de Sevilla.

 
-La candidata del PSOE se siente engañada por cómo ocurrió. Hasta horas antes parecía que iba a gobernar la lista más votada.

 
-La asamblea nos dijo que intentáramos formar gobierno, sin imposiciones ni hablar de sillones. Planteamos al resto de grupos la posibilidad de tener un alcaldesa que siguiese la misma línea, aunque se abriera algo, o un alcalde que al día siguiente llame para informar, contar con todos y gobernar juntos a medio plazo. Hubo confianza y coincidencia en puntos de nuestro programa, que ya teníamos con Vecinos de Guzmán. También dejé claro que la lectura de las elecciones es que hay mucha pluralidad, que debe haber entendimiento y es una locura gobernar en minoría. Pasado un periodo de prueba de dos o tres meses, ofreceremos entrar en el gobierno al resto, también al PSOE, porque quiero contar con todos. Y me gustaría subrayar que para mí e IU dar este paso es un acto de valentía y generosidad, de honestidad política, porque las cosas están muy difíciles.

 
-¿Cómo contará con todos?


-Vamos a crear comisiones permanentes donde todos tengan cabida y en 18 meses, con el debate del presupuesto de 2017, el primero al que le podremos dar el nuevo sesgo, me someteré a una moción de confianza. La investidura no es una carta blanca y será el termómetro para ver si hemos logrado lo que proponemos o tendré que dimitir. Hemos sufrido mucho por los gobiernos en minoría dramática del PSOE (se dividió). El anterior alcalde debió hacerlo también y, a lo mejor, hubiera salido reforzado.


-Por ahora es alcalde con tres ediles. Está expuesto al bloqueo, que es malo para la gestión.

 
-El gobierno va a ser estable. Al Pleno llegarán propuestas que logren el mínimo consenso en esas comisiones. Hay cuestiones esenciales en las que coinciden los que votaron mi investidura: revisar el PGOU en un proceso participado por la ciudadanía, solicitar el ambulatorio y más atención médica, implantar nuevas formas de participación y decisión en el Ayuntamiento y hacer una auditoría pública. El resto, en un pueblo de 3.000 vecinos, ya sale con el apoyo del 80 o el 85%.

 
-¿Cuál es la situación del Ayuntamiento que ha encontrado?


-He sido concejal ocho años, pero ahora que conozco al detalle las facturas sé que es mucho más dramática. Hay deudas judiciales, como la de Egmasa, 400.000 euros, que tenemos que empezar a pagar en enero de 2016; el último pago de la deuda de Aroa, 94.000 euros, antes del 30 de junio; y estamos devolviendo a la Junta el dinero del campo de fútbol, que se gastó sin ejecutar.


-¿Podrán pagar las nóminas?


-El objetivo va a ser resistir esos dos años y estamos quebrándonos la cabeza para tener vías de ingresos diferentes, apelando también a la participación de colectivos y compañeros de otros municipios, como con un plan de uso de espacios municipales infrautilizados.


-¿Les pondrán tasas?

 
-Queremos darles vida, salida económica de algún tipo, y vamos a revisar sentencias, como la de la escuela de hostelería.

 
-La madre del cordero. El fallo es claro, dice que hay que demoler todo lo construido ilegalmente. El anterior alcalde pidió aclaraciones y se las dieron.


-Este Ayuntamiento va a cumplir con la legalidad y más cuando de manera tan evidente la negligencia política tiene nombre y apellidos. Recuerdo bien el Pleno en el que se cambió el uso del suelo. Pero vamos a intentar definir mejor lo que se tiene que tirar y lo que no, estamos pendientes de una última consulta, por si hay algún resquicio para salvar algo. Vamos a revisar la responsabilidad de la Junta, porque debe tutelar esas decisiones urbanísticas y podría haberla frenado, como frenó el PGOU. Queremos redirigir la responsabilidad económica. De ejecutarse tal cual el fallo, puede suponer la muerte financiera del Ayuntamiento y los servicios que presta. Aún no sabemos cuánto nos costará. Quiero tener una reunión a tres con la mancomunidad y la Junta.

 
-Tendrán demandar.

 
-Se puede llegar a acuerdos.


-Va abrir la piscina, una de las cosas que habría que tirar.


-Es un servicio temporal, el mes y medio que queda de verano.


-¿Por qué no les gusta el PGOU? ¿Qué quieren hacer?


-El PGOU y las modificaciones de los últimos años implicarían la construcción de entre 700 y 800 casas. Es un concepto obsoleto, fracasado, no responde a las necesidades de la actual sociedad guzmareña. Queremos empezar de nuevo con participación de los ciudadanos y hablando con la empresa propietaria del suelo. La intención no es parar, sino redefinirlo y someterlo a la voluntad popular. Porque también sería irreal imponer un PGOU restrictivo si la gente quiere más margen. Creo que se necesita un modelo vinculado a otros sectores, más dotacional, de cultura y ocio de calidad, vinculado al paisaje y al patrimonio.

 
-El PSOE también hablaba de un modelo más sostenible para justificar, por ejemplo, lo que se hizo en la escuela de Hostelería.


-Lo llamo desarrollismo pseudoprogresista: ocupas con carácter especulativo el término y lo revistes diciendo que hay construcciones más sostenibles. Entre el 10 y el 15% de las viviendas están ya vacías. Creo que Carmelo se ha equivocado, aunque también me quiero sentar con él.


-¿Cómo ve a IU?


-Es un partido que sigue inquieto. Debe definir su posición en los procesos de convergencia, el cómo, con quién y el hacia qué, y ofrecer un proyecto político convincente. A nivel federal se está en ello; a nivel andaluz los resultados de las autonómicas debieron hacernos pensar más. En Sevilla, es incomprensible que el coordinador que tiene los mejores resultados del país en municipales renuncie por cuestiones internas. Esas cosas nos restan credibilidad. Pero veo a IU como uno de los pilares del cambio que viene en el país, con un lugar esencial en las convergencias de unidad popular. Aportamos calidad, trabajo programático y trayectoria de gestión. Esa unidad popular debe ser luego refrendada por las bases o será lo de siempre.

 


 

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